¿Cómo puede el Food Design transformar la percepción del chocolate venezolano en el mercado global?

Diseño Industrial
Año
2025
Cliente
Servicios

Por Gianny López

A simple vista, el diseño y el chocolate podrían parecer dos disciplinas ajenas entre sí. Sin embargo, en un país como Venezuela, donde el cacao es reconocido por su calidad excepcional, estos dos mundos convergen para explorar cómo la forma, el empaque y la narrativa pueden potenciar el valor de un producto. Esta investigación partió de la hipótesis de que el diseño no solo es un medio para mejorar la funcionalidad y la estética de un objeto, sino también una herramienta poderosa para resignificar su consumo, su historia y su impacto en la sociedad.

Como diseñadora industrial egresada del Instituto de Diseño de Caracas y con conocimientos en Food Design, he tenido la oportunidad de explorar esta conexión de manera profunda y significativa junto a un grupo de estudiantes del sexto semestre de la carrera de Diseño Industrial que aceptaron el desafío de crear nuevos formatos de chocolate venezolano. El objetivo era diseñar un producto que no solo celebrara la materia prima, sino que también contara una historia.

Estos fueron los alumnos:

Andrea Diaz

Diana Diaz

Marcela Fernandez

Andreina Florido

Camina Borrego y

 Franco Calomino

Y esta fue nuestra experiencia:

Conociendo la cuna del cacao: Chuao

El proyecto comenzó con una investigación en terreno, en Chuao, un pueblo costero del estado Aragua conocido por su cacao de alta calidad. Durante una inmersión en el territorio, los estudiantes observaron de cerca la relación entre el cacao y la identidad cultural de la región. Allí, la cosecha es realizada principalmente por mujeres, quienes entonan cánticos mientras trabajan; un ritual que, según ellas, influye en la dulzura y el aroma del fruto.

Más allá de la técnica de cultivo, los diseñadores experimentaron la elaboración artesanal del chocolate, desde la fermentación de los granos hasta la producción de tabletas. “Conocer el proceso completo, desde el árbol hasta el producto final, cambió nuestra percepción sobre el diseño. No solo se trata de formas y colores, sino de entender el significado que cada detalle aporta a la experiencia de consumo”, comentó uno de los participantes.

Los siete diseños desarrollados

Con esta base, los estudiantes aplicaron principios del Food Design en la cátedra de empaque. El objetivo era desarrollar un chocolate cuya forma, envoltorio y concepto evocaran elementos culturales venezolanos, integrando estudios sobre la historia del cacao, tendencias de mercado y metodología del diseño. El resultado fueron siete productos innovadores, cada uno inspirado en una narrativa única:

  1. Cua: Chocolate con frutos secos, donde la referencia de diseño son los cortes transversales de los árboles. Las formas irregulares ofrecen tamaños de bocado y sabores intrínsecos de merey, avellanas y almendras del centroccidente del país.
  2. Destempo: Chocolate con piezas tridimensionales alusivas al cubo Rubik, donde cada componente posee sabores distintos (ácido, picante, astringente, etc.), ofreciendo toques únicos en cada bocado.
  3. Zest: Barras de bombones inspiradas en los epicardios de frutos cítricos, envueltas en un tripack con diseño gráfico armonioso. Incluye chocolate al 70% combinado con la acidez y frescura de frutas como limón, parchita (maracuyá) y naranja.
  4. Ahla: Piezas de chocolate influenciadas por las tallas en madera del estado Táchira, con sabores de miche andino (licor típico), mora y aliados o templones (dulce de pata de ganado).
  5. Compé: Esculturas de chocolate al 60% y 70%, que incorporan sal de kumache y sal de rocoto. Estas piezas homenajean a diseñadores venezolanos mediante textura, sabor y estética.
  6. Tuz: Chocolate en discos, presentado en tarros de cerámica gres, donde la artesanía y los sabores tradicionales se combinan entre sal y setas comestibles.
  7. Pomé: Barra segmentada de chocolate al 70% con el toque ácido del tomate de árbol. Sigue la forma de los cortes transversales de la fruta y presenta un empaque colorido que realza las notas dulces y sutiles de la combinación.

Cada diseño responde a una interpretación personal de los estudiantes sobre el significado del chocolate, apostando por ingredientes locales y formatos innovadores.

Una reflexión final 

El chocolate, como producto de diseño, no solo se define por su sabor, sino por su contexto. En el mercado actual, el empaque y la forma juegan un papel crucial en la percepción de calidad y origen. Este proyecto permitió a los estudiantes reflexionar sobre la importancia del diseño en la industria alimentaria, considerando factores como sostenibilidad, funcionalidad y narrativa de marca.

El Food Design se presenta como una disciplina transformadora, que no solo busca embellecer los productos, sino también comprender y redefinir la experiencia alimentaria desde su base cultural, emocional y sensorial. A través de esta práctica, el chocolate deja de ser un simple alimento para convertirse en un puente que conecta historias, tradiciones y valores sociales.

En un mundo donde los consumidores valoran cada vez más la responsabilidad ambiental y el comercio justo, el diseño debe ser más que un ejercicio estético: debe ser un vehículo para contar historias, transmitir identidad y generar impacto. La relación entre diseño y gastronomía se fortalece cuando los productos adquieren un significado que trasciende su función básica, evocando emociones y estableciendo conexiones profundas con quienes los consumen.